domingo, 25 de abril de 2010

Tomate con Verguenza

Ayer tuve que salir... salir de mi burbuja, romper mi mas intimo circulo de secretos... Ysi, frente a todos mis compañeros del curso.
¿Cual es el gran dilema? lo trate de ocultar casi mas de un mes y todo mi esfuerzo se desmorono en la clase de Expresion Oral. Asi es, el nombre ya me daba miedo, debia hablar frente a todos. Escalofriante...
Bueno, ponerme roja es una de mis principales caracteristicas. Se preguntaran la causa, y yo no tengo idea, pero culpo principalmente a mi bajo autoestima.
Estaba cerca, el momento me quemaba, mi copañera de adelante se presento a la profesora y al curso entero, y ahi estaba mi turno tan cerca, mis manos comenzaron a sudar y yo las frotaba contra mi jean para secarlas. El calor era incontrolable, mi piel ardia en un dia de 18ºC. Parecia no sentir nada mas que fuego bajo mi ropa. Se expandia tan rapido... cuando llego mi momento subio como un rayo a mis pomulos. Quemaba. Y si, todo el mundo con los ojos puestos en mi. Y Alan me miraba, desde su banco del frente dedo vuelta para verme y escuchar mi historia. Nuestros ojos se encontraron, mas fuego brotaba desde mi interior, en un segundo yo estaba en llamas.

No pude calcular el rojo, tal vez era color rubi o mas tirando a sangre, pero debio ser intenso, porque dolia demasiado.
La secundaria habia quedado atras, mis compañeros se habian acostubrado a mi comportamiento y yo a que ellos lo supieran.

Pero el comienzo de la Universidad era algo nuevo, completamente diferente. Todos esperando a saber mas.
En ese momento los nervios comian mis palabras, todo se volvia automatico, repetir quien era, parecia una grabacion. Mientras mis pies tocaban con fuerza suelo, parecia tan inseguro, no sabia si podria sostenerme mas, tanteaba las cosas de mi escritorio, intentando conservar la vista al frente, mirar los ojos de la profesora. Seguir contando mi historia, agregando algo de tranquilidad a la situacion, porque engañar a todos, ya era imposible, y mucho mas engañarme a mi misma al creer que podia lograrlo.
Por fin, termine, trate de ocultarme con mis manos mis mejillas como si nadie las ubiera visto ya. Todos centrados en mi compañera de atras, gracias a Dios por eso.
Las horas parecian no pasar, cuando por fin sali, corri a la parada de colectivos, esperando que ninguno de mis compañeros llegase y tomaramos el mismo, no lo podria soportar. Hasta que aparecio por fin el bendito transporte publico que tanto odio, pero que en ese momento parecia mi unica salvacion. Subi como un flash y me refugie en uno de los ultimos asientos en la esquina, mirando fijamente a la nada misma que habia detras de la ventanilla.
Mis ojos comenzaron a picarme, la lagrimas se asomaban demasiado deprisa, pero pude controlarlas. Los 45 minutos de viaje eran una eternidad, la musica que salia de mi auricular se hacia imperceptible tras el ruido del vehiculo, pero aun podia escuchar la voz de Dido. No calcule el momento en el que llegue por fin a mi amada casa, nada importaba mas en ese momento que correr escalera arriba para llegar a mi habitacion, abri la puerta de una sacudida y me tire en la cama, descargue todo en mi almohada. Mi gran guarida.
Las desepciones me ocurren frecuntemente, y si esta es una.
La sensacion de exponerme frente a personas que no conosco a veces se me da mas sencillo que cuando debo hacerlo con personas que al menos he visto varias veces y que se que seguire haciendolo. Intentar superarlo es lo mas dificil, pero mucho mas enfrentarlo.
"Te estas poniendo roja", decia Guy a Willow, y para el era de lo mas lindo... Para mi es una tortura.


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