lunes, 31 de mayo de 2010

Otro dia mas...


Que bien se siente la oscuridad a veces, tan tranquila, solo paz nos rodea. No sentimos miedo, sino que estamos protegidos, envueltos en nuestro propio mundo. Todo es suave y refrescante, todo lo que roza, cada parte de nuestro cuerpo, no hay nada mas que oscuridad.
Estoy volando, de repente siento las nubes deshacerse en mi rostro, hay luz, por todas partes, pero no daña mis ojos, es pura, es mágica.
A mi lado estas vos, tan cerca, te ves tan perfecto, cada parte de tu cuerpo junto a mi.
Y yo te dije hola, tu me sonreíste y dos hoyuelos se marcaron en tus mejillas. Me acercaba mas, y fuimos uno solo.
De pronto una hermosa canción comenzo a sonar, suave, lenta, era todo tan real.
Pero algo cambio, la música se elevo, estaba demasiado fuerte, chocaba contra mis oídos, molestaba. De a poco el cielo se desvaneció a mi alrededor y vos te alejabas cada vez mas, yo no podía parar de temblar.
Una irritable luz rompió mi visión, era como el fuego quemando todo lo que estaba en su camino.
Mi nombre resonaba con fuerza en mis oídos, y se unía a las estrofas inagotables de la canción que aun hacia sacudir es suelo, con fuertes vibraciones.
La luz quemaba mis párpados, obligandome a despertar, a abrir mis ojos.
Mis manos tanteaban bajo mi almohada buscando en celular, la canción estaba a punto de acabar.
Otra vez la inconfundible voz de mi madre grito mi nombre.
Al parar la música, la brillante luz del teléfono me obligo a parpadear varias veces, hasta que logre mirarlo fijo. Eran las 8, demasiado tarde otra vez.
Debía correr a la parada de colectivos, pero YA!
Todo se había acabado de pronto, ya vivía otra vez en la realidad.
Era muy tarde y tenia que ir a la universidad.

1 comentario: